viernes, 4 de noviembre de 2011

Maruja no puede correr

Empaquetada en un vestido gris plomo, la señora Maruja pasó raudamente por delante de los cuatro jóvenes. Al verlos, muy pronto notó que andaban en algo raro, por eso aceleró el paso. Preocupada por su seguridad de señora viuda y sola, dio vuelta la cabeza y alcanzó a ver que uno de ellos se guardaba algo en el bolsillo. Pudo ver la acción, pero no el objeto que ocultaba. Se convirtió, como es obvio en una señora viuda y sola, en algo prioritario por urgente, digno de las progresivas agitaciones de su pecho. Los cuatro reían, reían mucho, y la señora Maruja dudaba mucho que fuera por un mero hecho deportivo o cualquier escarceo con jovencitas. Ella aún no había girado la esquina y esos jovencitos, con las manos en los bolsillos y las siniestras risillas en la boca, caminaban más deprisa que ella. Maldijo su edad cuando sintió las respiraciones de aquellos jóvenes en su nuca; pensar que de joven había sido atleta y que ahora no podía ni siquiera hacer el amago de correr, le obligó a detenerse. Se giró lentamente esperando que la cadera claveteada aguantara la torsión y les miró fijamente. Las risas cesaron de forma tajante cuando el percutor restalló. Al primero le disparó tan de cerca en la cabeza que una nubecilla roja cubrió todo con su smog. El olor de después fue una mezcla entre basura y hierro. Resultado, todos muertos. Velocidad ya no tendría, pero puntería...

23 comentarios:

  1. Disparo con balas que no hacen daño, sino todo lo contrario. Esta bitácora es una grata sorpresa para mí, un grandioso descubrimiento que hará que yo regrese a este espacio a menudo, haga o no haga comentarios. Un abrazo de Federico.

    ResponderEliminar
  2. Jolín con Maruja!!! Primero dispara y después pregunta.

    Besos desde el aire

    ResponderEliminar
  3. Mira que Maruja, quien sospecharia que esa mujer tomaria la iniciativa y se defenderia tan rauda como tu dices, saludos desde mi querida Guatemala

    ResponderEliminar
  4. Me encanta la cuarta pesadilla, es mejor que la Inés de Zorrilla. Saludos a la Trinidad.

    ResponderEliminar
  5. No hay nada mejor que la semilla de la duda para hacer de nosotros animales primarios o peor, animales "humanos". No resulta nada difícil, sentirse como Maruja al leer el texto.

    ResponderEliminar
  6. No puedo evitar reírme con esa frase final... ¡vaya con Maruja!

    ResponderEliminar
  7. La paranoia puesta al servicio del imaginario Fascistoide, jaja.

    Muy buena historia, tanto el miedo como la presunción de inferioridad (o superioridad, depende de la óptica) puede ser un boleto al peor de los infiernos,

    Un abrazo a los tres, uno para cada uno.

    ResponderEliminar
  8. Me encanta Maruja!!!!! Yo quiero ser como ella cuando ya no pueda correr!!!!!

    Jeje...

    Besos

    ResponderEliminar
  9. Miedos y suposiciones peligrosas, vaya con Maruja!

    ResponderEliminar
  10. Muy buena esta Maruja!!! Que valiente!! aunque no corra..

    Besos triples

    ResponderEliminar
  11. Hasta el nombre de Maruja es bien de vieja bruja. (Que nadie se ofenda...). Muy bueno, muy odiosa. Habría que escribir un tratado sobre el devenir de una tierna jovencita cuando se pasa la barrera de los ...? No crean que es solo la paranoia, creo que algún corrosivo cerebral vuelve especialmente a las mujeres brujas con los años. (O pistoleras de temer...) ¡Besos a los 3!

    ResponderEliminar
  12. Menuda mujer, la Maruja esa.
    Esta clareo que no andaba muy bien de las piernas, pero menudo impetu tenia.
    No se lo penso dos veces.
    Ella penso: O ellos o yo.
    Un abrazo a los tres.
    Ricard

    ResponderEliminar
  13. Uauu, Maruja les tenía reservada una sorpresita a esos jóvenes, y si solo querían preguntarle la hora o tal?
    Muy buen relato, irónico y divertido.
    Un beso a los tres.
    Stefi

    ResponderEliminar
  14. Mujer de las que ya no quedan.

    ResponderEliminar
  15. Lecheeeeeeeee!! como se las gasta la señora Maruja, jajaja. Mira el que rie el último rie mejor, eso pensaría la buena mujer.

    Me ha gustado el relato, muy bien relacionado y con una progresión conforme iba avanzando el relato magnífico, hasta el final un buen tajo pues piensas o que se cae la tal Maruja, o que la tiran del bolso ... y rematais el relato con unos balazos certeros a quemarropa.

    Yo dudo de su autoría fijate, pero me inclino por Humberto o Sucede por el tiro ese de gloria jajaja, no sé no sé, me cachiss me haceís dudar.

    ResponderEliminar
  16. ¡¡Vaya con Maruja!! no se detuvo a pensar..
    Un buen relato...divertido y fácil de leer
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  17. Muy bien querida Maruja, basta ya de ser víctima de los demás. Te apoyamos

    ResponderEliminar
  18. Me ha encantado!!!
    Si es que... nunca hay que subestimar a la tercera edad.

    Abrazos a los tres de la casa.

    -Bs-

    ResponderEliminar
  19. La paranoia que nos invade al punto de matar por miedo...aún antes que se vea una clara señal de peligro. Si la violencia en que vivimos trastoca hasta el más inofensivo!

    Saludos.

    ResponderEliminar
  20. Mujer de gatillo fácil la tal Maruja... no sería retirada de la bonaerense?

    Me impactó el relato. Abrazos a los tres.

    ResponderEliminar