martes, 12 de julio de 2011
Claroscuro en re bemol
Un sonido rítmico como de gotas metálicas llega a mis oídos sin ningún tipo de obstáculo. La luz de la mañana invade el cuarto y me abre los párpados contra mi voluntad. Dos voces se escabullen por entre las pausas de las gotas y, de a poco, van construyendo una realidad propia. Entonces se vuelven palabras que se encadenan en ese idioma que la gente llama materno. Aguzo el oído y escucho “muy grave”, pero una punzada en la rodilla me desconcentra. Cuando intento llevar las manos hacia allí, noto que tengo los brazos enyesados y que no alcanzo a rascarme. Miró alrededor y descubro la obviedad: estoy en un cuarto de hospital. El único sonido que se percibe es ese pitido que se hace más y más nítido, como si escoltase la llegada de los recuerdos. No consigo recordar qué sucedió. No lo recuerdo y ruego para que no aparezca alguien que me haga recordar. Un fuerte dolor en el pie izquierdo me traiciona y hace que varias imágenes se derrumben sobre mi cabeza y me lleven a la horrible escena en la que dos bomberos amputan mis piernas para librarme de los hierros retorcidos del tren. No. Debo levantarme y abrir la ventana y respirar aire fresco y detener ese pitido ahora llano que parece el veredicto de un juez, pero me quedo inmóvil por trece segundos -exactos- evaluando lo que debo hacer. Por fin, decido que lo mejor es quedarme en la cama, cerrar los ojos y suplicar que el verdadero despertar no tarde en llegar.
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Cerrar los ojos en ese tremendo momento en que se piensa que mejor esperar y ya nos contarán "cuando despierte". Sí, lo he vivido, pero me tuvieron que despertar a base de desfibrilador.
ResponderEliminarPuedo contarlo. Hay quien no. Pudo ser que no.
Ya os comentaré sobre el texto cuando haya podido dejar el recuerdo que estas palabras me han sacado de la caja en que una esconde lo que le gustaría olvidar.
Biquiños.
Efectivamente, ahora que habeis cambiado el "título" de los comentarios: un disparo directo... al corazón; al mío. Y van tres.
ResponderEliminar¡Mecahis! ¿Estais de broma? Nuevo cambio en el título. Pues como al final la tontería del cambio en el título me ha hecho sonreir, va el tercero: en éste, tres disparos "sin piedad", sí, ¡ya los podeis repartir!
ResponderEliminarVenga, que al final os lleno el post con mis cosas y no dejo sitio a los demás.
Pero prometo que si no hay nuevos disparos ¡volveré!
A veces uno no sabe si debería despertar de esa pesadilla en la que cree estar. Odio pensar que la realidad puede ser peor, pero a veces puede.
ResponderEliminarEl pitido como veredicto de juez, como escolta de recuerdos, con el dolor empujándolos.
ResponderEliminarMe gustó, temí.
Hasta luego.
Solo los cierra para prepararse. Los va a tener que abrir de nuevo y encarar la situación. Y lo sabe muy bien. Pero quiere ganar algo de tiempo antes de aceptarlo. Magnífico.
ResponderEliminarAl final aunque no quieras, despiertas. Buen retrato de ciertos momentos.
ResponderEliminarBesos
Que lujo que exista un blog de este nivel, llegué por Humberto, pero se ve que son tres escritores impresionantes.
ResponderEliminarNo me voy a arriesgar a decir quien fue, esta vez no jaja.
Besos por 3. Stefi
¡Muy bueno! ¡Fuerte! Casi real. Se me aceleró el corazón, logrando en el lector, el propósito perseguido que no puede ser de otra pluma que la de Sucede. Mucho riesgo¿no? Lo que pasa amigos es que sólo conozco a él y a Humberto. Al tercer mosquetero, no aún. Abrazos
ResponderEliminarUna situación que no me gustaría vivir. Muy bueno el relato.
ResponderEliminarSaludos desde el aire
Hola chicos.
ResponderEliminarVerdaderamente tragico y desalentador.
Me sorprende vuestra destreza al relatar los acontecimientos de modo que tu mente se sumerja perfectamente en el escenario del relato.
Un abrazo.
Ricard
Dios Mio! se me estruja el corazón con este relato y me pregunto si me tocara vivir algo asi si quisiera despertar...
ResponderEliminary no tengo todavia una rta :(
Los felicito par de tres, talentosisimos, terriblemente talentosisimos ;)
Si no hay autor hay que seguir adivinando, no? De eso se trata. No me dieron tiempo y sigo conociendo sólo a Humberto. Y él no es el autor. En un flash recordé una película norteamericana antibelicista y pro-eutanasia donde el personaje, dado su estado, sólo podía codificar un mensaje: SOS ayúdenme. Este relato tiene ese clima terrible y lleva a desear que nunca nos pase una pesadilla semejante. Sino, tal vez mejor no despertar...
ResponderEliminarSigan con este proyecto que está muy bueno!! Prometo leer para la próxima tener más opciones de adivinar.
Ah, y cuando cambien ese "Darían nuestra vida por nosotros", me haré seguidora... (Bromita... o no, adivinen)
Estimados amigos:
ResponderEliminarEn primer lugar, que sea el primero de los tres en responder, no implica que sea el autor del relato... tampoco implica que no, jeje.
No sé si nuestra intención era que adivinaseis, pero si se ha instalado esta modalidad, pues adelante. Igual que va a ser difícil, porque aquí habrá textos individuales, de a dos, de a tres, algún texto que se escriba solo y otras posibilidades retorcidas.
Lo cierto es que quería agradeceros por los comentarios, sois muy amables con nosotros, sentimos la fuerza de vuestras palabras y vamos por más.
En lo que a mí respecta, siento un enorme orgullo de compartir este proyecto con dos escritores de semejante nivel.
Os dejo un gran abrazo.
Humberto.
PD: Veréis que estoy tratando de hacer lo mejor posible con mi español ibérico, espero estar lográndolo, si no Sucede se va a encabronar conmigo... es bravo, ¡eh! ;)
[Cabrear, Humberto, cabrear... (encabronar puede tener otro significado que dudo que quieras que se interprete así)
ResponderEliminar(chs... entre tú y yo, que no se enteren de que te lo he dicho, je)]
En principio el texto al igual que a Carmen me trae recuerdos vívidos que al igual que ella desperté varias veces a base de desfibrilador con coma de un mes incluido.. Pero al fin despertar sabiendo que en tu vida falta un mes ya es difícil de asimilar, así que sé perfectamente esa sensación y sentimiento.
ResponderEliminarA ver ese cambio de títulos me suena a "ganas de despistarnos" jajaj por otra parte me parece genial este blog y lo que se intenta.
Y Humberto jajaj estoy de acuerdo con Carmen otra vez encabronar no es lo mismo que cabrearse que es lo que has querido decir.
Y Carmen da igual que se enteren al final lo leeran jajaj.
Un besazo grande, grandísimo a los que esteis...
Volver a dormir. Evitar la realidad. Quizás despierte en su cama. Seguramente seguirá en el hospital. Muy bien descrita la sensación de desconcierto, agobio, malestas... de abrir los ojos en un hospital
ResponderEliminarSaludillos
Gran relato. Se percibe muy bien la angustia del protagonista, ese deseo de no querer despertar o de despertar definitivamente, como si todo hubiera sido un mal sueño. Enhorabuena al autor por el relato y a los tres por este gran proyecto en el que os habéis embarcado. Suerte. Un abrazo.
ResponderEliminar(Sentí miedo, pero me gustó)
ResponderEliminarMe gusta la idea de este proyecto, aquí me quedo a disfrutar del ingenio y las letras que los han reunido!
Un abrazo a los tres!
Felicitaciones por este ingenioso y angustioso relato.
ResponderEliminarEnhorabuena por el proyecto. Éxitos!
Un abrazo.
Ramón
Bueno, en nombre de los tres, os agradezco mucho vuestros comentarios. Esperemos que esto de cada vez más de sí y que lo sepamos mantener como se merece.
ResponderEliminarYo veo muchas caras conocidas, aunque para la mayoría seré un completo desconocido. Nos iremos conociendo. Soy A-, pero acepto cualquier grupo sanguíneo...
Abrazos!!
Uf... que detalle tan bueno de un momento que mejor desconocer... Me gustó mucho
ResponderEliminarGenial todo por aquí, los tres son excelentes! ya se los dije varias veces... aburro...
Un beso grande!!
Es innegable que en muchas ocasiones intentemos reprimir los recuerdos, cuando la realidad puede producirnos tal dolor que el más mínimo atisbo de luz pueda devolvernos a un paseo oscuro hacia la infructuosa herida que asoma en momentos como el que describiste tan magníficamente en este relato.
ResponderEliminarA veces la inmovilidad no es física, pero de igual modo se vuelve inútil languidecer los pasos.
Un afectuoso saludo a tres.
Este relato me provoco un poco de ansiedad no obstante esta buenísimo,más porque se usan las palabras adecuadas.Y bueno yo de pequeña tenia una teoría que al escucharla hoy en día siento que me plagiaron: Los sueños son la realidad,y la realidad es un sueño.
ResponderEliminarCarpe diem
Es curioso como puede cambiar la vida en pocos segundos. Como enfermera y sin haber estado nunca al otro lado, ver esas situaciones siempre me ha resultaod impactante y doloroso, y entiendo ese coma inducido tan necesario para que el cuerpo se recupere físicamente y para que la mente no piense durante un tiempo.
ResponderEliminarDije que volvería y aquí estoy.
ResponderEliminarCosas que me han llamado la atención:
- El fuerte dolor que "siente" en el pie amputado (no soy médico, pero creo que a eso le dicen "miembro fantasma" ¿no?)
- El pitido: si es llano al final, es precísamente porque ha llegado el final (es que cuando se han oído esos pitidos, tanto los rítmicos como alguno llano..., no se olvidan)
Buen texto.
¡Biquiños!
Carmen.
Que buen texto este!! me maravilla la forma en que se representa ese depertar falso y cierto de la cercanía de la muerte. Estoy de acuerdo con la lectora anterior, el pitido final no hace más que mostrar el final de su vida.
ResponderEliminarNo sé quien lo escribió, pero cualquira de los tres que haya sido es una mano maestra, un escritor maravilloso.
Me apena que no haya un argentino entre los tres, me gustaría que mi país se viese representado así en la net.
Abrazos mil!!
Julio
Sea quien o quienes sean el o los autores del relato... FELICIDADES.
ResponderEliminarNos arrastra hasta esa tremenda situación en la que nada es real ni es imaginado... todo queda en la reacción de quien lo percibe.
Un beso y mi afecto siempre.