Cuando cayó el tenedor, todos los clientes del restaurante hicieron silencio. Luego, como en cámara lenta, se estrelló un vaso y le siguió el golpe sordo de un cuerpo sin vida. Cuchillo en mano, justo estaba introduciéndose un trozo de carne en el fondo de la garganta cuando su amigo lo saludó con una fuerte palmada en la espalda.
Ja, jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Muy bueno, muy bueno!!! Me voy a dormir no les digo alegre, pero sí con una risa negra de humor negro.
ResponderEliminarBreve pero imperdible! Besos a los 3
Pues la verdad que no son maneras de saludar.
ResponderEliminarSe necesita ser burro, menuda manera de saludar!!!
ResponderEliminarY no le haría la maniobra de Heinlich y le dejaría morir...Con amigos así...Jejeje
Besos desde el aire
Buenísimo!!
ResponderEliminarjajajaja, pedazo de bestia pardaaaa!!!!
ResponderEliminarpobre hombre, tan tranquilo degustando un platillo de carne en salsa (por ejemplo) y zassssssssssssss!!!
Sois la caña, me encantó el relato, por cierto me inclino a que este lo hizo Humberto! me parece que anda graciosillo, jeje.
Esto es importante, maldita sea! Está muriendo gente!!
ResponderEliminarEs culpa del gordo, jeje, porque me lo imagino gordo metiendose comida en la boca con el cuchillo, qué irresponsable! Y el amigo, qué cachetada debió darle!
ResponderEliminarHumor negro del bueno, corto y efectivo.
Besos por tres.
Sabri..
Regla numero 1: Cuando cae un tenedor hay que soltar los cubiertos... y si es posible, desaparecer.
ResponderEliminarTres besoooos!
Humor negro, pero que muy negro...
ResponderEliminarBesitos
Buen humor negro, pero malos modales los de amigo no, corto pero conciso, saludos desde Guatemala
ResponderEliminarSi es que la gente tiene una mania con eso de dar palmaditas...
ResponderEliminarHi, you blog is very beautiful, I like it, I think to follow, because I understand the spanish, and so soon you later!!!
ResponderEliminarkiss kiss
jajaja muy bueno
ResponderEliminarsaludillos
Muy bueno¡¡¡
ResponderEliminar°,,,
(."♥(",)\Ten un
./☆\./♡\.Maravilloso
_||__ ||_ Día.
Eso le pasa por falta de educación… el cuchillo no se mete en la bocaaaaaaaaaaa. Menudo atraganton jajaja. Muy bueno como siempre. Tres bessitos
ResponderEliminarVamos a ver ¿y para qué está la cuchara? ¡Si es que no aprenden! Ahora que se vaya a quejar al camarero de que el cuchillo estaba demasiado afilado...
ResponderEliminar¿El cuchillo es de Sucede? (no me suelo atrever, pero esta vez estoy juguetona)
Biquiños para los tres pero, ¡eso sí!, antes os dejais los vasos y los cubiertos en la mesa.
Carmen.
¡Jajajaj ! ¡GENIALLLL! Un abrazo.
ResponderEliminarMuy inteligente, me gustó el giro del destino ...
ResponderEliminarJejeje, NO hay que meterse el cuchillo en la boca!! Tampoco hay que dar esos golpes en la espalda.
ResponderEliminarUn abrazo suave a los tres.
Lalo
jajajja...pobre hombre!...qué manera insólita y poco digna de morir! jejejejee...me imagino lacara del amigo! jajaja
ResponderEliminar=)
Un abrazo.
Una palmada en la espalda puede propiciar una tragedia, cuando en la mano se sostiene algo tan peligroso como un afilado cuchillo.
ResponderEliminarQueda prohibido "palmar" en la espalda.
Abrazos, campeon.
Ricard
Muy bueno: hay que ser bruto.
ResponderEliminarSALUDOS.
Jajaja, hay que ser bruto para saludar así!
ResponderEliminarUn relato de humor negro sin desperdicios.
Los felicito a los tres.
Caro
¿Y con un "buenos días" no habría sido bastante?
ResponderEliminarJaja, buena historia.
ResponderEliminarGracias por visitarme (y por tu saludo de cumpleaños)
Abrazo!
era la canne quizás, que era de vaca loca. Un gran breve. Fulminante. Certero
ResponderEliminarSaludos blogueros
No sé pero me ha echo mucha gracia....que inoportuno(el amigo) jajja
ResponderEliminarHola amigos!!!
ResponderEliminarQuiero agradecer vuestros comentarios en nombre de los tres!!!
Son un verdadero placer vuestras visitas!!!
Un abrazo grande para todos!!!!
jajajaja Miremos la parte positiva... "Se fue" del restaurante sin pagar...
ResponderEliminarNada! que eres increíble!
ResponderEliminarNo dejas de sorprenderme!
Gracias! :)
Un beso