Subió al estrado con casi hora y media hora de retraso, pero nadie se movió de su asiento en ese tiempo. Ninguno de los asistentes quería perderse la esperada conferencia sobre el secreto de la felicidad y el equilibrio interior, panaceas absolutas para los tumores del nuevo siglo.
El erudito ponente comprobó que el micrófono funcionaba carraspeando varias veces, y haciendo toc toc toc. Cada golpe hacía encoger algo en el pecho de muchos oyentes. Pura emoción a un paso de volverse incontrolable. Jolgorio tántrico. La catarsis.
Finalmente, habló.
“¡Ríase su propio chiste! ¡Fundamental!”.
Y se fue.
Sinceramente no se quien de los tres es el artifice de tan discreto relato.
ResponderEliminarSi tuviera que hacer una porra diria que el autor es Humberto.
Tal vez, Sucede, es mas macabro.
Un abrazo a los tres, que sois artistas por igual.
Un abrazo.
Ricard
Estoy con Ricard, aunque en este blog nos podemos esperar cualquier cosa.
ResponderEliminarSi es que al final la felicidad está en las cosas más pequeñas y a las que muchas veces pasamos por alto...
Biquiños a los tres.
Carmen.
Y tenía razón...Ríase de uno primero.
ResponderEliminarBesos desde el aire
La risa es salud, dicen, y creo que es así!
ResponderEliminarSaludos con sonrisa! =)
En fin, después de hora y media de espera no dijo mucho y dijo algo fundamental
ResponderEliminarBesitos
Muy buen consejo, hay que perderse la solemnidad para ganarse el respeto,
ResponderEliminarFuerte abrazo a los tres.
Pues a mi me parece un pedazo de mamón el protagonista, a parte de ser un mal queda por hacerles esperar.
ResponderEliminarToda esa gente estaba ansiosa para escucharle y el tio tienes los huevos de decir algo tan evidente como: Riase de sí mismo!
La persona que esta aquejada de un tumor esta claro que su estado de ánimo es primordial, pero cuando uno va a una Conferencia como la que nos ocupa es una patada en los mismisimos que el orador ya sea una eminencia haga lo que éste ha hecho.
Esto es de Alabama, creo.
Un besazo a los tres genios. Amelia.
Interesante y contradictorio, la espera con tan poco que decir, saludos desde mi querida Guatemala
ResponderEliminar¡Y sí!
ResponderEliminarSi un chiste no causa gracia a uno mismo, no vale la pena contarlo!
Saludos!
http://paradoenelabismo.blogspot.com
Bueno... las catarsis son así... de inesperadas, jajaja.
ResponderEliminarGracias por pasar en nombre de estos tres seres, aunque yo ahora solo valga un cuarto de un tercio... jajaja
Abrazos!!!
Pues parece que el secreto de la felicidad esta siempre allí, lo malo es que no sabemos verlo ;)
ResponderEliminarSaludos
Me recuerda a aquel sabio que fue al mar y después de contemplarlo dijo: "¡cuánta agua!"
ResponderEliminarSu enseñanza secreta no logro descubrirla.