sábado, 23 de junio de 2012
Ácido
Añoro el insípido sabor del agua. Mis papilas gustativas son, desde hace algunos años, mi mayor enemigo. Cada día trato de encontrar una solución a este desagradable sabor que acompaña a todo lo que pasa por mi paladar. El equipo médico del hospital general no encuentra ninguna patología en mi aparato gustativo. Puedo beber ron, colutorio o aceite de ricino y no logro diferenciar uno del otro. Ni los besos me saben a besos y empiezo a cogerles asco. Todo, absolutamente todo, me sabe ácido. Sólo cuando cubro mi cara con las manos y lloro, puedo percibir el sabor salado de mis lágrimas, esas que ya no saldrán por sus ojos, porque más abajo de las lápidas, los ojos se los comen los gusanos.
lunes, 18 de junio de 2012
Siempre
Llegará el día en el que
ejércitos enteros cargarán desnudos por unas praderas llenas de ceniza. Los
tiradores teñirán de rojo sobre negro los campos que ya nadie va a querer. Porque,
aunque se arrasen los tulipanes, siempre quedarán balas.
Siempre.
Posiblemente muchos se
encuentren en esta última vorágine. Seguramente nadie se reconozca. Y los tiradores hablarán de altas
cifras de participación, aunque siempre bailarán los números.
Siempre.
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