lunes, 20 de febrero de 2012

Infierno III

Publicó su entrada a las 20.32, sabía que en cuestión de minutos superaría los 35 comentarios, pero no, luego de una hora no había ni siquiera un austero “eres un genio” en el pequeño Cuadro de Ego. Creyó que algo debería estar funcionado mal, así que dejó un mensaje en aquel espacio amigo, el de X, que siempre le dice cosas agradables. “Eres un genio, X”, le escribió y sí, sus palabras habían quedado registradas, el sistema andaba bien. Pero a su blog no entraba ni entró después un alma.

Esa semana pateó a su perro y faltó al trabajo y perdió 3 kilos y no usó pasta dentífrica y deseó no haber nacido para ver -así- su orgullo con el silencio injuriado.